Conjuro #1.

Que los murciélagos aterciopelados atenten con brío, contra los guardianes del libertinaje solitario y la hipócrita complacencia.

Que los grillos inunden las falsas escuelas de belleza con música, para que el noble acepte su parte apoyando la causa y  no a quien la lleva.

Que los búhos se lleven al que profana y luego lo traiga, para ver si aprendió que sublime y pulcro es la única regla.

Y que los bandidos con nombre, ardan sin pena ajena; que los muertos por fin caigan a sus tumbas. Que los héroes por fin salgan de sus urnas.

Que así sea.

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